La estrepitosa caída de los salarios, debido a la actualización de los precios en medio de una normalización económica, tornan difícil a cualquier persona cumplir el sueño de la casa propia. Sin embargo, algunos bancos lanzaron ofertas para el financiamiento a 30 años. Si bien considera que es una estrategia saludable pensar en el largo plazo, con una tasa competitiva respecto de otros países de la región, el economista Federico González Rouco dice a LA GACETA que, al menos para este año “no están dadas las condiciones para un boom del crédito hipotecario”. Autor de los libros “Vivienda: El Relato, Plan Procrear, antes y después”, “El sueño de la casa propia” y “Dueños e inquilinos”, el economista de Empiria Consultores concedió esta entrevista a LA GACETA antes de disertar en el marco de la Expo NOA Construye que se hará entre el 16 y el 18 de este mes en la Sociedad Rural de Tucumán.
-¿Cómo observa el escenario de vuelta del crédito hipotecario en la Argentina?
-En dos partes. Lo ideal y lo posible. En realidad, el crédito hipotecario en la Argentina se dio, histórica y lamentablemente, por momentos y no es una normalidad. En ese contexto, de momentos, es lo que se puede, pero no es lo ideal. Creo que hoy se da un par de situaciones que tornan posible el regreso del crédito hipotecario: hay un gobierno que se supone, y todo indica que sería así, que respetará las reglas de juego. Con eso se deja de lado la incertidumbre sobre qué es lo que va a pasar con las UVA, sobre si se reformula el sistema o se rompe. Después es una apuesta al plan económico de algunos bancos que aparecen ahora con las ofertas crediticias. Y le agregaría un tercer elemento que tiene que ver con una necesidad de los bancos de ubicar la liquidez que tienen. Eso es por el lado de la oferta. Del lado de la demanda, lo que se da es que el metro cuadrado está bajo (en su valor); los inmuebles están baratos, pero con salarios bajos. Entonces se suma un interrogante: ¿es el momento ideal para comprar? Y no lo sabremos. Es una oportunidad para aquel que está comprando, ya que aprovecha que está barato, con esta perspectiva de que subirán los inmuebles una vez que aparezcan los créditos, pero también tenemos salarios bajos y esto no afecta al préstamo en sí, sino a la capacidad de poder ingresar al crédito hipotecario; si es más fácil o no acceder. Dado lo bajo que están los salarios, si uno mira la tendencia histórica, en algún momento tendría que subir por encima de la inflación, que se recuperarán, pero hoy están en los niveles de 2002.
-¿Cómo evalúa las ofertas de créditos hipotecarios que están lanzando los bancos?
-Hay de todo. Por lo que vi, son ocho las entidades que lanzaron sus líneas. Hay mejores y peores. Las tasas que se ofrecen son las lógicas. Los montos que ponen a disposición no tienen monto máximo, por lo que se infiere que es para todos los segmentos del mercado. Además, se ofrecen un plazo de pago a 30 años. Esto es saludable porque estamos normalizando el retorno de esos préstamos. Antes de 2016 eso no existía. Es la oferta posible, por lo que no me imagino tasas más bajas, porque son similares a las que tienen Uruguay y Colombia y nosotros tenemos una economía mucho menos estable que esos países. No veo por qué las tasas bajarían. Es una buena oferta para el mercado, para el almacén de los créditos.
-¿Quién califica para un crédito hipotecario con salarios tan bajos?
-Es un problema de demanda, que es clave. No me imagino que este año haya un boom de créditos; no están dadas las condiciones no por la oferta, sino por el lado de la demanda. Los volúmenes no serán fuertes porque la capacidad de acceso es baja porque los ingresos son bajos en términos de lo que sería una cuota de un préstamo. Es un tema de los salarios en general. Tiene que mejorar bastante la capacidad de compra para que veamos un nuevo boom. No veo niveles de 2017 o 2018, al menos por un tiempito.
-¿Es fundamentado el temor a que suceda lo mismo que pasó con los créditos UVA, que incrementaron el nivel de la cuota?
-No lo veo tanto a eso. La mora es de 1%; no hay embargos, ni ejecuciones, ni desalojos. En ese aspecto, el sistema está robusto. Lo que pasó es que el salario real para que el paga un alquiler, una prepaga o un crédito no acompañó. Por allí se podría pensar en mecanismos de mejora del crédito UVA, pero el sistema soporto durante seis años con lo pésimo que ha sido en términos macroeconómicos.
-¿Qué se necesita para consolidar el mercado del crédito hipotecario?
-Estabilidad económica; mejores salarios y mayor capital de fondeo. Sin eso, no tendremos créditos hipotecarios. De hecho, nunca lo tuvimos. En la década de 1990 era muy chico en comparación con otros países. La Argentina nunca ha sido un país estable de manera sostenible. Hubo años sin inflación, pero siempre incubando la próxima crisis. Hasta que no tengamos una sostenibilidad económica, seguiremos viendo oportunidades. La Argentina necesita mirar más el largo plazo.